La procesión del señor de los Milagros es la manifestación más pura de la peruanidad, la religión siempre ha ejercido una poderosa influencia en los peruanos y, para un país cuya tradición imperial y teocrática aún vive de manera oculta en la sangre y el espíritu del pueblo, la procesión del SEÑOR DE LOS MILAGROS es pues parte de su identidad milenaria.
Todos los peruanos se rinden ante esta sagrada imagen, sin distinción de raza, sexo o posición social. Es la procesión donde todos somos uno en la creencia y en la fe. El Cristo morado nace en el mito virreynal y es ahí donde se unen en una poderosa alquimia, el aporte de la cosmovisión andina, la tradición occidental y la cultura afro a la tradición primordial peruana.
"La mayor parte de estos inmigrantes provenían de la costa atlántica del Africa Occidental, en ese entonces ocupada por colonizadores portugueses. Estos grupos se dividían en castas como la de los Congos, Mantengas, Bozales, Cambundas, Misangas, Mozambiques, Terranovas, Carabelíes, Lúcumos, Minas y Angolas".Estos últimos estaban reunidos en cofradías que adoraban distintas imágenes o santos de su devoción. Esos actos religiosos les recordaban su libertad y cantaban nostálgicamente en su lengua original canciones de sus antepasados; también se ocupaban de la atención a los enfermos y aseguraban a sus miembros un entierro decente mediante pequeñas cuotas de los cófrades.
Por el año de 1650, los negros angolas se agremiaron y constituyeron la cofradía en la zona de Pachacamilla, lugar que anteriormente había sido habitado por indios venidos de la zona de Pachacamác, y donde actualmente se ubican la iglesia y el monasterio de las Nazarenas y el local de la Hermandad del Señor de los Milagros. Las condiciones en las que vivían eran de una pobreza absoluta.
Cuadrilla del Palio 14
Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas
La concetración en las principales calles de la gran Lima es multitudinaria. La hermanad del Señor de los Milagros con el tradicional hábito morado. Abajo, la devoción al Cristo Morado es inculacada desde la niñez
Durante el papado de Inocencio X, en el Perú, el virrey García Sarmiento de Sotomayory como arzobispo de Lima, Pedro de Villagómez. Los negrosangolas se agremiaron y levantaron el local de su cofradía en la zona de Pachacamilla en las afueras de Lima. En la sede de la cofradía, o pre-cofradía como postula Antonhy de la Cruz, en una de sus paredes de adobes del galpón, un negro esclavo angoleño, bajo inspiración divina, plasmó la imagen de Cristo crucificado. La imagen fue pintada al temple en una pared tosca, cerca de una acequia de regadío, de un acabado imperfecto, además hay que resaltar que el anónimo pintor no tuvo estudios completos de pintura, y que ejecutó la obra por su propia fe e inquebrantable devoción a Cristo.
El 13 de noviembre de 1655 un terrible terremoto se produjo en Lima y Callao destruyendo casi por completo la ciudad y las zonas pobres donde vivían estos inmigrantes y donde, en un muro de adobe, este inmigrante afro angolés, había pintado la imagen del señor de los milagros...es aquí donde empieza el mito. Casas, mansiones, palacios se vinieron abajo por efecto del devastador terremoto , pero aquella humilde imagen del Cristo de Pachacamilla o Señor de los Milagros quedó intacta.
Miltitudinaria procesiíon, las mujeres hacen penitencia con el humo del sahumerio abriendo paso al señor.
La ciudad de Lima estaba consternada por este terremoto terrible y se entregó a la penitencia total y a la fe ante tal catástrofe, la mayoría de los devotos del señor eran inmigrantes afros que al ritmo de negros espirituales y en penirtencia absoluta con el sahumerio para purificar el camino del señor, pedían perdón por los pecados cometidos.
Esta devoción a la imagen del señor de los milagros fue mal vista por las autoridades y el clero de la época quienes la consideraron en primera instancia aberrante y ordenaron su total destrucción. Cuenta la tradición que al intentar borrar la imagen del señor del muro de adobe, el encargado de esta tarea empezó a sufrir mareos y un total descontrol de sus funciones motoras y a temblar de manera casi epiléptica, lo mismo sucedía con cualquiera que se atreviera a dañar la santa imagen del señor..
Un soldado llamado Balcázar, subio de manera envalentonada a borrar la imagen pero el poder divino lo detuvo. No pudo destruir la imagen al decir que a medida que se acercaba a ella , esta empezaba a tornarse más y más hermosa, casi hipnotizando su espíritu.
Pero nuevamente la mano del Señor puso a prueba la fe de la gran Civdad imperial , LIMA y la sacudió con un terrible maremoto en octubre de 1867, derribando la capilla donde se hallaba guardada la imagen del señor de los milagros...y como la primera vez, la imagen quedó intacta en medio de una brutal destrucción a su alrededor.... (Continuará)
IGLESIA ORTODOXA BIELORRUSA ESLAVA.
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